¿ESTÁS BUSCANDO ALGO Y NO SABES DÓNDE ENCONTRARLO? PRUEBA NUESTRO BUSCADOR

Suscríbete al Blog de PUNTOCOMA

martes, mayo 06, 2014

TIENES 34 HORAS PARA DESCIFRAR LOS ENIGMAS DE NABUCCO DE GIUSEPPE VERDI - TRIVIAL PARA CONSEGUIR UNA DE LAS DIEZ ENTRADAS EN LOS CINES VAN GOGH - JUEVES 8 MAYO´14 - 20H

Sólo tenéis 34 horas para contestar el trivial!!

de Giuseppe Verdi
grabada en directo en la Arena de Verona en Junio de 2007
con Leo Nucci y Maria Guleghina en los papeles protagonistas
en los Cines Van Gogh de León
a las 20h el jueves 8 de mayo´14

Los Cines Van Gogh nos ofrecen 10 entradas para las 10 primeras personas que acierten las respuestas a este TRIVIAL y las envíen a este correoleon@jmspain.org indicando las respuestas correctas, nombre, apellidos y   correo de contacto (sólo se admitirá una respuesta por dirección de correo y por persona, teniendo prioridad quien no se haya beneficiado del trivial anterior). 

Las personas afortunadas recibirán un correo de confirmación y podrán recoger la entrada en la taquilla de los Cines Van Gogh el jueves 8 de mayo.
  1. ¿Quién es el libretista de esta ópera, y en qué libros se inspiraron?
  2. ¿Cuál es el hecho histórico descrito en la ópera?
  3. ¿Cuál es la pieza quizás más famosa de esta ópera?

Información preparada por nuestro crítico Javier Heras.

1) Con "Nabucco" tenemos que rebajar las expectativas. Bajo ningún concepto puede equipararse a las obras mayores de Verdi, como "Otello" o "La traviata", ya que la escribió muchos años antes. Fue su tercera ópera y aún tenía reminiscencias del bel canto de Mercadante o Rossini (muy evidente en el aria de Fenena del último acto, de puro lucimiento). Digamos que es un Verdi a medio hacer.  Pero entendámoslo en su contexto: en 1842, sonaba tan fresco y revolucionario que su talento impresionó al mundo desde antes incluso de su estreno. Así lo relataba una crónica de la época:  "Esa música era tan nueva, tan desconocida, tan rápida, que durante los ensayos los operarios, pintores, maquinistas, abandonaban sus tareas para mirar boquiabiertos”.

Hoy, siglo y medio después, la instrumentación nos suena previsible. Siendo amables, diríamos que es enérgica, potente o vigorosa. Pero también machacona y repetitiva. La orquesta suele acompañar con muy pocas armonías (las cuerdas se limitan a reproducir las mismas notas al unísono, en diferentes octavas; y a los vientos apenas les saca partido). No en vano, los expertos dijeron que sus acompañamientos eran "de guitarra", como si bastase con ese instrumento para reproducir a la orquesta entera. Pese a todo, apuntaba maneras, y de la misma forma que en el preludio de "La Traviata" la orquesta exponía el tema central que luego cantaría la soprano en el acto II ("Amami, Alfredo"), en la interesante obertura de "Nabucco" son dos los motivos que se desarrollan instrumentalmente. Primero, "Il maledetto non ha fratelli", que cantará el coro en el Acto II, cuando los hebreos repudian a Ismael por haberlos traicionado (al liberar a la enemiga Fenena, su amada).

-->Y esta, la cita de la orquesta al principio de la obra, en el minuto 1.30

Si seguimos escuchando la obertura, en torno al 2.22 aparecerá una melodía que nos resultará familiar. Es Va, pensiero, seguramente el coro más famoso de la historia y un himno oficioso en Italia, donde cualquier niño podría cantarlo. Verdi, que si algo sabía era cómo conquistar a las masas, debió de intuir que Va, pensiero sería considerado el momento estelar de "Nabucco", y lo incluyó como cuerpo principal de la obertura. La melodía la expone el oboe / corno inglés, sobre un pizzicato de las cuerdas y un fondo del viento metal. 

2) Pese a que durante su dilatada trayectoria (hasta casi los 90 años) el compositor de Busetto pulió muchísimo su estilo, ya en "Nabucco" encontramos la mayoría de las señas de identidad. 

Para empezar, el dramatismo de sus libretos y de su música, la ausencia de despliegues vocales sin contenido, típicos del bel canto (con Verdi siempre pasan cosas en escena, sus obras son entretenidísimas), el enorme protagonismo del coro (seguramente en "Nabucco" más que en ninguna otra obra) y, ante todo, su dominio de las melodías. Esa inspiración inagotable que le hace ser el rey de las arias. Y aquí hay varias.


-Destacan las del protagonista, el rey Nabucco de Babilonia. El protagonista, como en tantas obras posteriores ("Rigoletto", "Macbeth"), sería un barítono. En aquel momento aún no se había desarrollado la técnica vocal que permitía que un tenor cantase con tanta fuerza y expresividad. En cualquier recopilatorio de las arias más importantes de la música italiana encontraremos Dio di Giuda y la maravillosa  Chi mi toglie, aquí en impresionante interpretación de Bastianini.

-En cuanto a la soprano, el papel de la malvada Abigail es uno de los más complicados de todo el repertorio. Dicen que a la primera que lo interpretó (Giuseppina Streponi, a la postre segunda mujer de Verdi) le dejó la voz tan deteriorada que se acabó retirando a dar clases de canto. No puede haber un salto de tono más complicado (por la velocidad, por la distancia entre la nota más aguda y la más grave) que el que oímos en el 3.15. Por cierto, Dimitrova es una diosa, nadie la ha superado en ese papel. En voz de otras (algunas muy buenas sopranos, como Renata Scotto), el personaje de Abigail es estridente y difícil de soportar. Y lo cierto es que también debe mostrar cierta ternur y recoger su voz, en momentos como "Anch'io dischuiso", el aria en la que expresa nostalgia por su desamor y por el pasado en el que era inocente y feliz. Minuto 4
Fijémonos en el minuto 7.30: la larga nota, muy aguda, no es sin embargo chillona, exige contención y un volumen medio.
Sin olvidar  su despedida antes de morir (en la que el oboe y el flautín la acompañan brillantemente)

-Otra pista que nos da Verdi sobre los derroteros que seguirá su carrera es que el bajo se lleva algunas de las mejores arias, como el personaje de Felipe II en "Don Carlo". Aquí es Zacarías, el sacerdote de los judíos, quien canta melodías solemnes pero muy humanas, como "Del futuro" o la deliciosa "Tu sul labbro", a partir del 2.30 en este vídeo del inigualable Ferruccio Furlanetto. (atención a la nota gravísima del 5.07).

-En todas estas arias, hay un elemento común: la melancolía. No es descabellado pensar que "Nabucco" le salió a su compositor mucho más nostálgica que ninguna de sus obras (el mejor ejemplo es el propio "Va, pensiero", que lamenta la patria perdida) debido, seguramente, al momento en que la escribió, después de la muerte de su mujer y sus dos hijos. También se aprecia en los conjuntos, como el trío Io t'amavay, sobre todo, el fabuloso dúo de Abigail y Nabucco en el acto III, "Donna, chi sei?"

3) Si "Nabucco" pasó a la historia, más allá de por su música, fue por sus connotaciones políticas. En la época, los espectadores asimilaron la situación de los hebreos despojados de su tierra por la tiranía de Nabucco con la situación que sufría Italia ante el invasor, el imperio austríaco. Aunque Verdi no se pronunció respecto a las intenciones de "nabucco", su sentimiento nacionalista era indiscutible. En los años siguientes escribió varias óperas partidarias de la independencia, y décadas más tarde dedicó su único "Requiem" en honor al escritor y gran patriota Alessandro Manzoni. 

El coro "Va, pensiero" se cantó desde el principio como símbolo de la resistencia, y el propio nombre de Verdi se usó en forma de siglas, a favor de una unificación italiana bajo un rey: Vittorio Emmanuele Re D'Italia (V.E.R.D.I).

Lo que a estas alturas ya nadie se cree es la leyenda que acompañó al estreno de la obra en Milán. El 9 de marzo de 1842 hubo ovaciones, pero no ese furor de los italianos tras "Va, pensiero", que supuestamente pidieron como bis varias veces, al final de las cuales se manifestaron a voz en grito contra el opresor austríaco. No solo lo negaron en las biografías del compositor diversos testigos de aquella noche, sino que por entonces ni siquiera estaban permitidos los bises, porque las autoridades lo prohibían en las obras de teatro que podían incitar a la subversión. 

4) Una última anécdota. El libreto de "Nabucco", antes de llegar a las manos de un joven y viudo Verdi en profunda crisis anímica (tendríamos que agradecerle al empresario de La Scala, Merelli, su confianza en el músico, al que insistió a seguir componiendo), pasó por las del entonces popular compositor alemán Otto Nicolai, que lo rechazó. Medio siglo más tarde, el autor italiano pondría música a "Falstaff", ópera basada en "Las alegres comadres de Windsor", texto de Shakespeare... que ya en 1849 había convertido en ópera Otto Nicolai.

No hay comentarios: