Dibujos que utilizamos en el primer montaje que hicimos de Brundibár, diciembre 2001/enero 2002
Hemos pedido a varias personas que han cantado o tocado Brundibár en alguno de los cinco montajes que hemos hecho de esta ópera, que compartan con nosotros algún recuerdo de su experiencia. Iremos añadiendo testimonios a medida que los vayamos recibiendo...
Sofía Miguélez, la acordeonista de nuestro Brundibar en los cuatro montajes anteriores de esta ópera nos escribe:
Formar parte de la aventura de Brundibár ha sido una de las experiencias más bonitas y enriquecedoras de mi vida.
Fue la primera vez que toqué en una orquesta clásica, asistí al montaje de una ópera, me fui de gira y contribuí a un proyecto enorme en el que participaron un montón de personas con las que viví momentos inolvidables. Y con las que fui creciendo, ya que puse música al organillo del tirano Brundibar en 4 montajes diferentes, entre 2001 y 2007.
El contexto en el que esta ópera fue escrita nos hizo comprender a los jóvenes lo que supuso la 2ª Guerra Mundial, la creatividad y el empeño por alegrar aunque sólo fuera por un instante, la vida de unos cuantos niños encerrados en un campo de concentración. Creo que todos vivimos intensamente la simbología de esta ópera infantil. Recuerdo emocionarme en la escena final de cada representación.
Todavía me emociono cuando la escucho.
Todavía me sorprendo canturreando fragmentos de la música cuando voy caminando por la calle. Y esos momentos siempre me sacan una sonrisa colmada de nostalgia.
Víctor Gil, viola, también participó en una de las ediciones de Brundibár, y nos cuenta:
La sección de violas, contrabajo y percusión durante uno de los ensayos de Brundibár en el Aula Magna de la Universidad de León.
El tiempo pasa muy rápido. Es lo primero que he pensado cuando Juan Luis me ha pedido esta mañana que escriba algo sobre mi experiencia en el montaje de Brundibar, allá por 2003. Lo primero que he hecho ha sido buscar fotos y así refrescar un poco la memoria.
Para mí fue la primera vez que entré en un foso. Mi primer montaje de una ópera, para niños o no tan niños. Y es que Brundibar fue y es un proyecto que traspasa las barreras de la edad.
Creo que gracias a esta producción los participantes nos interesamos por el drama de los campos de exterminio de la Segunda Guerra Mundial. La ópera transcurre en el gueto de Therezin, un campo intermedio en el camino a Auschwitz. Allí fueron destinados judíos ancianos, políticos, artistas como Hans Krasa y gente de renombre. De los 15.000 niños que vivieron en Therezin solo volvieron 100.
Años después tuve la oportunidad de visitar Auschwitz y recuerdo pasear por aquel inmenso campo acordándome de Brundibar. Os puedo asegurar que no deja a nadie indiferente.
Posiblemente este sea un buen momento para llevar a cabo esta nueva representación y así concienciarnos tanto artistas como público de lo que supone la vida en uno de estos campos. Y es que, aunque esta historia tiene ya 70 años, volvemos a ver en nuestros días campos de refugiados en condiciones infrahumanas y una Unión Europea que está volviendo a fallar en lo más fundamental: los Derechos Humanos.
Os animo a asistir a estas representaciones y pensar, reflexionar y, por qué no, a disfrutar como disfruté yo en su día de esta magnífica historia.
Uno de los ensayos con el coro en el Auditorio de La Fresneda (Asturias) donde hicimos Brundibár
La violoncellista Julia Martín, participó como violoncellista en el montaje de Brundibár que hicimos en Asturias, con el coro infantil de la Sociedad Siero Musical, en el año 2007. Estos son sus recuerdos:
Yo fui una de esas personas que tuvo la inmensa suerte de formar parte del proyecto Brúndibar hace ya unos añitos; me acuerdo aún de que yo en esa época no tocaba posiciones muy agudas y me ayudaba de un trocito de tiza para marcar dónde tenía que tocar la nota más aguda de un pasaje de solo con el cello que tenía (lo sé, hacía trampa), aún recuerdo todas las risas y bromas inconfesables que murmurábamos en el bus de ída a Asturies, creo que en mi vida me lo he pasado mejor; convivíamos felices y dormíamos sin perdices pero con la sensación de haber hecho un gran trabajo durante el día, una cosa curiosa del proyecto es la diversidad de personas que formábamos parte del mismo y la buena convivencia que teníamos en conjunto; todos teníamos un brazalete gris que nos poníamos a la hora de actuar, a los más veteranos se les añadían pegatinas para indicar el número de veces que habían reincidido en el proyecto, y qué queréis que os diga, yo se lo puse al cello en la cabecita porque me parecía que le quedaba gracioso, a parte de estas pequeñas anécdotas recuerdo muy bien disfrutar trabajando, cosa que en el mundo musical profesional es en muchas ocasiones difícil por la lucha de egos entre intérpretes, directores, gestores... en este caso todo funcionó a la perfección gracias al alma mater del proyecto, Juan Luis García; que sabe perfectamente cómo compaginar el trabajo serio con el humor, me gustaría resaltar lo sumamente importante que ha sido Juan Luis en mi trayectoria, y el haber tenido la inmensa suerte de trabajar con un profesional de la música como es él. Otro factor importante del proyecto fue la risa de Rubenón .... pero, eso ya es otro capítulo...
Alberto Reguera, violinista, participó en el primer montaje de Brundibár; esto es lo que nos cuenta de su experiencia:
“Brundibar”...”¿qué?”, ”BRUN-DI-BAR”...”ajá…”.
He aquí mi primer contacto con una palabreja que inmediatamente llevaba mi mente a cualquier kiosko al lado de los inmortales “Tigreton”, “Phoskitos” o “Pantera Rosa”. Pues 15 años han pasado ya desde que Juan Luis García pronunció esa palabra y nos regaló a muchos de nosotros una experiencia impagable.
Quizás fue entonces, a través de la historia de esta ópera y de su música cuando empecé a darme cuenta de la gran capacidad que el ser humano tiene para amar y para odiar por igual, y de que, a pesar del convencimiento de que la humanidad camina hacia su autoaniquilación, siempre encontraremos destellos de optimismo y esperanza que iluminen un poco esa oscuridad.
Sea como sea, fue sin duda una gran experiencia para mi que recordaré mientras viva con memoria. Un entorno ideal de colaboración entre todos por un plan mayor, con ilusión y sin malicias, conociendo gente nueva de apellidos impronunciables, y comenzando alguna amistad que aún perdura (mi querida Emi).
Todo planeado, dirigido, aguantado y sonreído por el incombustible Juan Luis, ser calvito de paciencia infinita, y punto de inflexión en la vida de varios leoneses que hemos decidido hacer de la música el centro de nuestra vida. Gracias.
Susana Barrios Villadangos, hizo el papel del perro en las representaciones que hicimos junto al Coro Municipal Ciudad de León, dirigido por David de la Calle, el Coro "Ángel Barja", dirigido por Aitor Olivares, y el área de teatro de la Escuela Municipal de Música de León, bajo la dirección escénica de Margarita Rodríguez. Nos cuenta:
Cuando pienso en el BRUNDIBÁR de Hans Krása que hicimos en el año 2003 (con el Coro Ángel Barja, Coro de Niños Ciudad de León, y Juventudes Musicales), enseguida surge en mi cara una gran sonrisa….Qué experiencia tan bonita. Y… cuánto calor pasé… porque …yo era el perro. Los tres animales (pájaro, gato y perro) pasábamos muchas risas, mucha vergüenza al principio, …aunque después ya nos fuimos soltando. Nos daban instrucciones desde la parte de la escuela de teatro: “Túmbate y ráscate la barriga, siéntete como un perro”. O al pájaro: “Revolotea y sé liviano”. O al gato: “Estírate y lámete el pelo…”. Y encima… ponte a cantar en el Auditorio Ciudad de León, con el público entusiasmado, la sala repleta… de familiares, amigos, gente de León que nos miraba con alegría…
PERO TAMBIÉN CON TRISTEZA.
PORQUE …REALMENTE ERA UNA MEZCLA AGRIDULCE.
Esa ópera se había escrito para niños, en 1938. Estrenada en la Praga ocupada por los alemanes . Y después en 1943, la partitura había entrado clandestinamente en el campo de concentración de Terezín. Se hicieron cincuenta y cinco representaciones en el gueto de Theresienstadt. Dos semanas más tarde comenzaban los traslados de estos artistas judíos hacia Auschwitz. Y ya sabemos todos lo que pasó allí…
Nuestra imaginación en los ensayos, nos llevaba a ver a Pepín o Anita con la cara de otro niño, o niña, en otra época y otro lugar, donde no debían haber estado… O a odiar al malvado Brundibár, por robar su dinero (que bien podía representar al terrorífico H., robándoles su libertad y dignidad. Y hasta su vida).
Afortunadamente los niños nunca pierden su capacidad de sonreír, ni su capacidad de jugar (Igual que en la película La vida es bella). Y muchas veces su imaginación les lleva a convertir las situaciones más crueles… en algo pasajero que les convertirá en héroes. Esta divertida ópera con moraleja, les ayudó a soportar.
SIRVA COMO TRIBUTO A ELLOS AQUELLA REPRESENTACIÓN, Y TODAS LAS QUE SE HAGAN EN UN FUTURO . ¡¡NO FALTÉIS A LA QUE TENDRÁ LUGAR ESTE FIN DE SEMANA, 14 Y 15 DE MAYO DE 2016!!
Antonio de Pedro, hizo el papel de policía en una de las representaciones del año 2003. Estos son sus recuerdos:
Corría el año 2003 cuando entraba en mi adolescencia y me empezaban a salir los primeros pelos en la cara pero también mis primeros granos. Con ese cocktail hormonal, se acaba mi infancia y justo en ese momento tan importante de mi vida llegó Brundibár.
En aquella época formaba filas en el Coro Municipal Ciudad de León bajo las órdenes de David de la Calle y él depositó toda su confianza en mí para que hiciera uno de los papeles que acaba por gustar a la mayoría del elenco y también al público, sobretodo por su canción: el del policía. Se trata de un papel que no posee mucha trascendencia en comparación con otros que aparecen a lo largo de la ópera, pero yo lo acogí con muchísima ilusión pues con 13 años, fue mi primer papel como solista.
Fue todo un reto para mí, nunca había hecho teatro con todo lo que eso conlleva. Tuve que empaparme de todos los profesores que tuve para aprenderme una escenografía y una interpretación acorde al papel y rol que se me demandaba. Pero a base de constancia, poco a poco fueron llegando los progresos.
Y después de tanto trabajo llegó el día del estreno en León. Recuerdo que se hizo en el Teatro Emperador y en el Auditorio Ciudad de León y que estaba tremendamente nervioso. Estos nervios eran en parte por todo lo que esa vivencia suponía para mi pero mucho más porque el mismo día del estreno me empezó a cambiar la voz. Me viene a la memoria que antes de salir a escena, no paraba de cantar mi melodía una y otra vez y en la nota más aguda, se rompía mi voz. No podía comprenderlo pues me había cuidado muchísimo la voz para tan ansiado día. Por suerte, pude salir a escena y dar todo lo mejor de mi y justo cuando tuve que dar esa nota aguda, salió más limpia que nunca.
A partir de ese momento, sentí mucha pena pues tuve que dejar de interpretar ese papel. Me buscaron un sustituto para futuras funciones y yo pasé a ser un niño más.
Por todo esto, Brundibár me ha tocado. Cuando me siente en mi butaca este fin de semana y vea la ópera desde el otro lado, tararearé cada una de las canciones que se canten y estoy seguro que se van a agolpar en mi mente un sinfín de buenos recuerdos y emociones.
Aunque haya pasado media vida desde entonces, Brundibár estará para siempre vivo en mi corazón.
Eva Sánchez, hizo uno de los papeles de heladera, como componente del Coro "Ángel Barja", que hacían los papeles de los personajes del mercado, animales y Brundibár. Esto es lo que nos cuenta:
"De la vainilla el olor...", así comenzaba mi personaje, la heladera. Que rápido pasa el tiempo. Trece años desde que nos embarcamos en esta aventura. La Opera Brundibár, fue un acontecimiento importante en mi vida. No solo a nivel artístico y musical. Si no, por encima de todo, a nivel de enriquecimiento personal.
Pensar que estábamos representando esta ópera para niños, que en su día vio la luz en un campo de concentración. Intentar imaginar lo que sintieron sus protagonistas originales. Cómo a través de la música tuvieron un momento de ilusión dentro de lo que fue su dramático y trágico cautiverio.
Me encantó la experiencia. Compartirla con tanta gente excepcional... Cuántas horas de ensayo. Me he puesto a ver fotos y me he emocionado. Bea (gato), Elena (pájaro), Susana (perro), Toni (policia), Jose (Brundibár), los niños, Lisa, Natalia, Rubén, Jose Luis, Villastrigo, Yaiza, Sandra… los miembros de la orquesta, Aitor, Juan Luis, Margarita...
"Este es el cántico de nuestra libertad...". Me sigue poniendo los pelos de punta.
El otro día estaba en el trabajo cuando salió una noticia relacionada con esta ópera y su historia. Por supuesto que a mis compañeros les expliqué que la habíamos representado hacía años y que ahora la estaban volviendo a montar.
A todos los que vais a formar parte de esta aventura, disfrutadla y vividla a tope. Porque va a ser algo que marcará vuestras vidas.
David Franco Castellanos, violín, ha estado en Brundibár desde el primer montaje, y ahora, desde la Escuela Municipal de Música de Valverde de la Virgen, ha impulsado junto a Toni Escoriza esta nueva edición de la ópera. Esto es lo que nos cuenta:
Corría el 2001 y por aquel entonces todo lo que me mantenía conectado con la música era JJMM. Por las tardes después de salir del conservatorio y en contra de las indicaciones de mi profesor de instrumento yo siempre me pasaba por el ensayo, tocábamos un rato y en ocasiones materializábamos nuestros sueños saliendo a tocar fuera de León repertorios impensables para muestro nivel y edad. Aquellos ensayos alumbraron un grupo de amigos que quedaban y aun quedamos a veces para hacer música. Brundibár se puso en el atril aquel 2001 y aquel año tocamos con un coro que vino desde Bélgica en autobús, en Segovia, Albacete, Valladolid y León.
En 2003 ya con un coro leonés y solistas del Ángel Barja hicimos el montaje de la opera en el Teatro Emperador y en Vigo. ¡Menudas vacaciones! Imaginaos: Juventud, amigos, Brundibár y unos días fuera de casa tocando… que más puede pedir un músico.
Tengo un especial recuerdo de la representación de 2007 en Pola de Siero. Pasaron muchas cosas. Después del ensayo fuimos a comprar unos licores a un super cercano al colegio en el que íbamos a dormir. Cuando llegamos al colegio había una excursión de chiquillos/as y Juan Luis, con buen criterio, confiscó los licores que más tarde se pasarían años confinados en el Centro de Idiomas hasta que caducaron… Juan Luis: nunca te lo perdonaremos ;-) Dormimos en literas todos/as en la misma clase. Yo abajo, al lado Rubenón, arriba Juan Luis, que risas… Era sábado preelectoral y cuando nos despertamos había colas de gente para votar. Todo muy normal. Saliendo de la ducha con la toalla en la cintura y cruzándote por el pasillo con los votantes…
Con aquellas experiencias en la retina en 2015 desde la Escuela de Música de Valverde se nos ocurrió proponerle Juan Luis una nueva representación. Los alumnos/as de la escuela no podían perderse las sensaciones que viví yo haciendo Brundibár. Después de reuniones, contactos, wassups, mails al fin logramos juntar a un elenco de amigos Aitor y Elena (Angel Barja), Javi (Mayal) Jandro y Daniel, Herminio y Javier, Belen y Bambara Zinema, Manolo MusicCenter, PabloGG, Victor M. Díez, Manuel Alonso, La Universidad de León, el Ayto, los padres y madres de los chiquillos/as, los chiquillos/as, para hacer dos representaciones en el Auditorio de León que a buen seguro no serán las ultimas. Porque Brundibár siempre vuelve, Brundibár ya hace 15 años que anda por aquí, consiguiendo aunar esfuerzos y destilando felicidad entre los músicos que lo interpretan. Este fin de semana volvemos a la carga.
Esther Arce Bayón formó parte del Coro Municipal Ciudad de León en el año 2003. Estos son sus recuerdos:
Participé en la interpretación de Brundibár en la edición de 2003, cuando formbaba parte del Coro Municipal Ciudad de León y se organizó en colaboración con la Orquesta Juventudes Musicales.
Para mi fue una gran experiencia, no solo porque era el primer proyecto escénico en el que participaba sino por la propia obra. Fue como interpretar ya no solo a los personajes de la obra sino que me sentí representante de todos aquellos niños para los que fue escrita.
Cuando eres niño y participas en un proyecto de este tipo es algo muy enriquecedor. En mi caso recuerdo admirar a los solistas y esas personas adultas que también participaban, me fijaba en cómo cantaban, cómo actuaban, eran un modelo a seguir.
Sentía como una especie de orgullo, como si estuviese participando en algo importante; y en realidad creo que lo fue porque es una obra extraordinaria tanto por lo entrañable de la trama como por la propia historia de su creación.
También recuerdo que cuando la representamos en Vigo fue un gran éxito y a la salida los niños venían a pedirnos autógrafos, eso también me hizo una gran ilusión.
Estoy encantada de que se siga representando Brundibár y que muchos niños- y mayores- puedan vivir esta bonita experiencia que yo guardo en mi recuerdo con mucho cariño.
Conchi de Castro, pianista, en los montajes anteriores de nuestro Brundibár, nos trae sus recuerdos de la primera edición:
1 de enero de 2002 16h, salida de Santo Domingo, vamos que nos vamos hasta Albacete, acomodamos instrumentos, maletas, abrigos, algunos todavía se colocan los gorros amarillos de Papá Noël de la reciente nochevieja, Cristina sube su contrabajo, eso de llevarlo en el portaequipajes nada de nada, María no tiene ese problema con su flauta y yo temblando a la espera de un Clavinova.
Se preparan bocatas, las pelis que se van a ver, por supuesto, La vida es bella (algunos sugieren que tampoco iría mal algo de Marilyn Manson). Comienzan a sonar móviles con sintonías personalizadas ni más ni menos que de los temas de Brúndibar. Al otro lado del bus, un grupo de niños de una pequeña ciudad llamada Menem, respetuosos, puntuales, ordenados… Juan Luis recuerda aquéllo del ¡Cuidado que atacan los viejos tercios de Flandes!
Detrás de todo ese jaleo, los días previos de ensayos en el Albéitar, la música, las partituras, la documentación y grabaciones Forbidden not Forgotten con las que Juan Luis nos conquistó. Sorprende la gran cantidad de detalles que somos capaces de recordar ante determinados acontecimientos que vivimos, hasta qué punto nos afectan, cómo funciona la memoria cuando realmente lo que se vive tiene un profundo significado para nosotros y la repercusión que pueden llegar a tener en nuestra actitud y nuestra vida.
A quienes vais a participar por primera vez en esta experiencia os recomiendo, abrid los ojos, los oídos, solamente tocad o cantad cuando os corresponda, debéis estar muy atentos porque en cualquier momento, quien sabe, en un amanecer por ejemplo, os podéis encontrar como Mr Scrogge con el fantasma del pasado, del presente o del futuro y eso es algo que no os podéis perder. Por cierto, cuando llegamos a Albacete me encontré con un magnífico Steinway.
Amancio Álvarez Suárez, camarada, tocó la parte de guitarra en los anteriores montajes de la ópera. Esto es lo que nos recuerda:
Como mi prosa puede aburrir al amigo triste de Saramago te envío algunos flashes que me evoca la palabra Brundibar.
Me acuerdo de…
-Los muchos kilómetros sentado en el bus detrás de Eva
-Las fotos boquiabiertos durmiendo en el bus
-Las entradas en Albacete eran muy caras
-En Vigo llovía, llovía mucho
-Brundibar estuvo embarazado
-Brundibar era heavy metal
-Los niños del coro belga aprendieron muchas palabras y palabrotas en español
-Como comía David los flanes
-El foso en el auditorio de León era muy profundo pero no se cayó nadie en él
-Atriles y lámparas
-La melancolía del acordeón
-En Segovia, ni la burra ni la novia
-En Asturias comimos en McDonals y cenamos con sidra
-Nuestro inglés. – “Thank you”. – “Of nothing”
-Los “animalitos” en el escenario
-Espectadores ilustres y lustrosos espacios, algunos.
-El atentado del 11-S marcó el inicio
-Coros de niños, niños en corros
-…
En fin, no apto para olvidar.
Suerte y fuerza a todos en el nuevo proyecto!!!
Marta antes de la representación de Brundibár en el Auditorio Ciudad de León, el sábado 14 de mayo´16, con el brazalete que utilizamos en las funciones de La Fresneda (Asturias) en 2007, con el triángulo azul invertido con la S de Spaniard, que identificó a los españoles republicanos que sufrieron iternamiento en los campos de concentración alemanes durante la segunda guerra mundial.
Marta Fernández Martínez, violín, ha participado en todos los montajes de Brundibár desde el inicio, y sigue formando parte de la Orquesta desde antes de iniciar esta aventura de Juventudes Musicales de León, desde hace más de dieciocho años, y ayer sábado le cantamos y tocamos el "cumpleaños feliz" en el foso del Auditorio Ciudad de León. Estas son sus reflexiones sobre la ópera Brundibár:
En estos momentos la palabra Brundibár me hace pensar en que la infancia, y por extensión la vida, debería ser una etapa “bella”, feliz, de crecimiento y enriquecimiento de la persona, pero por desgracia a veces hasta las instituciones más primordiales como la propia familia o la escuela, el gobierno, o incluso la sociedad en su globalidad fallan.
Es entonces cuando la vida de estos pequeños queda marcada y la vivencia de terribles experiencias puede hacerles perder hasta la identificación de lo que debería ser. Ojalá hoy no tuviera que estar escribiendo esta nota, porque Theresienstadt nunca debió existir, al igual que tantas otras situaciones con las que nos encontramos.
Pero es sobre todo en esta adversidad donde no debemos perder nuestra condición humana y donde cualquier refugio, por pequeño e insignificante que pueda parecer, puede protegernos y servir de tabla de salvación, y más para un niño. Hans Krása, él no falló. Ni se dejó arrastrar por las circunstancias.
Afortunadamente, la mayoría de los niños que hoy y mañana cantan y con los que he tenido la suerte de encontrarme en las representaciones de Brundibár son felices. Con su ilusión y gracias a la dedicación de todos los que hacen posible este proyecto, esos que como Juan Luis nunca fallan, tanto nosotros como el público que nos escucha nos encontramos con una nueva oportunidad para reflexionar y tratar de contribuir a que ésta y otras historias tristes tengan un final feliz.
Brundibár, una vez más una experiencia inolvidable en la que tengo la oportunidad de participar y disfrutar. Llevaré mi brazalete y nos vemos en el ensayo de las 5. Mil gracias.
Alba de la Torre, que hizo el papel de Anita en uno de los montajes que hicimos en León en 2003, nos cuenta de su experiencia:
Tenía 15 años cuando participé en el montaje de la ópera Brundibar que se hizo en León, allá por el 2003. Desde el primer momento sentí un respeto hacia la obra diferente al de otras veces, creo que por la oportunidad de recrear en carnes propias la atroz y pintoresca situación de aquellos para los que se escribió dicha ópera. Hablo de personas, en su mayoría niños, representando una dramática ficción para evadirse un poco de su terrible realidad. Una tragedia inscrita dentro de una tragedia infinitamente mayor. Cada vez que me metía en la piel de Anita o de algun@ de aquel@s ni@s del coro de Therezin, una parte de mí se sentía también en aquel campo de concentración, por una extraña empatía de estar representando lo mismo que tantos años atrás se hizo en tan terribles condiciones.
Algo que me extrañó siempre pero que sólo ahora he sabido identificar es por qué la temática del libreto se centra tanto en otro caso de penuria, en el que un hermano y una hermana muy pobres intentan por todos los medios conseguir algo de dinero para poder comprar la leche que sanará a su madre enferma. Para mí, el contexto en el que se concibió esta obra bien pedía escribir una historia un poco más amable, algo que de verdad les hiciera olvidar, aunque fuera sólo por unos instantes, que eran pobres, huérfanos y condenados a muerte. Aunque es cierto que la enseñanza que se obtiene en conjunto es muy propicia para cualquier época: la unión hace la fuerza, para hacer caer al opresor en este caso.
Llegado a este punto me gustaría felicitar de corazón a todas las personas que hicieron posible las representaciones de este pasado fin de semana, sobre todo por la introducción , adaptada a estos tiempos convulsos en los que miles de personas se agolpan a las entradas de los países que decían ser sus amigos. Que obras como Brundibar nos impidan olvidar el pasado y volver a cometer los mismos errores en el futuro.
La suerte de cantar en esta ópera vino de la mano de otros dos hechos afortunados ocurridos pocos años atrás, la inclusión de las niñas en el que sería el nuevo Coro Municipal Ciudad de León, anteriormente sólo de varones, y el que me seleccionaran para el mismo. Por desgracia, a día de hoy hubiera sido imposible que yo pudiera participar en dicho montaje, ya que desde hace algunos años y sin ningún tipo de explicación, este coro, de todas las leonesas y leoneses, vuelve a ser exclusivamente derecho masculino. Se me parte el alma.
Desde aquí hago un llamamiento a la cordura de todo@s y pido igualdad de condiciones para tod@s l@s ni@s cantores y cantoras de esta ciudad a poder ejercer su derecho de recibir la mejor educación musical en un lugar cercano y accesible como es el Coro Municipal de León, y por ello apelo al Excelentísimo (que si tanto lo es, debería tomar cartas seriamente en el asunto) Ayuntamiento de León a que no sea cómplice de esta segregación educacional bajo su amparo.
Por un Coro Municipal mixto y no sexista en la ciudad de León.
Elvira Iglesias cantó en el coro en los montajes de Brundibár que hicimos en 2003, luego se incorporó a la orquesta como violinista hasta que se fue a estudiar en la universidad en Madrid. Esto es lo que nos cuenta:
Para mí Brundibar es, fue y será siempre la viva imagen de cuánto puede llegar a mover la ilusión de un niño. Yo fui una de las niñas que junto a los animalillos ayudábamos a Pepin y Anita en su lucha contra el malvado Brundibar.
Pero recuerdo cuando unos años antes mis padres me llevaron al teatro Emperador a ver a la orquesta de Juventudes Musicales (de la que acabaría formando parte) y a un coro belga interpretar esta ópera. Aunque yo era pequeña, estaba cantado en flamenco y no me enterara de mucho lo recuerdo como algo que me maravilló. Así que os podeis imaginar la ilusion que me hizo cuando me enteré de que yo también iba a formar una pequeña parte de Brundibar.
Recuerdo con muchísimo cariño a nuestros tres animales, y el calor que pasaban los pobres. Pero sobretodo, esa cantidad de horas de ensayos y repeticiones, con tanta gente, la paciencia de nuestros directores, todo ello se vio recompensado con la maravillosa experiencia de representar Brundibar y el orgullo y el cariño con el que todos lo recordamos y con el que se sigue representando y dando a conocer.
Brundibar nunca dejará indiferente a nadie: ni a toda la gente que participa desde dentro, ni a todos aquellos que acuden a verlo. Es una maravilla y una suerte que sigamos pudiendo disfrutar de nuevas representaciones. "Este es el cántico de nuestra libertad..."