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sábado, mayo 18, 2013

CLAUDIO ABBADO DIRIGE A LA FILARMÓNICA DE BERLÍN - RETRANSMISIÓN EN DIRECTO - DOMINGO 19 MAYO´13 - TEATRO EL ALBÉITAR 20H

Mañana domingo 19 de mayo´13 tendrá lugar puntualmente a las 20h (las puertas se abrirán a las 19:30h) en el Teatro El Albéitar de la Universidad de León, la retransmisión desde la Philarmonie de Berlín del concierto en el que Claudio Abbado vuelve a dirigir la que fue su orquesta, la Filarmónica de Berlín, con un programa en el que interpretarán la música incidental para El Sueño de una Noche de Verano de Félix Mendelssohn y la Sinfonía Fantástica de Berlioz.

Esta actividad se realiza en colaboración con el Conservatorio Profesional de Música de León

Puedes seguir leyendo las notas al programa de este concierto en ESTE ENLACE
Berliner Philarmoniker – Claudio Abbado, director

Felix Mendelssohn
El Sueño de una Noche de Verano (Selección)
Deborah York, Soprano - Stella Doufexis, Mezzo-Soprano
Mujeres del Coro de la Radio de Baviera - Konstantia Gourzi, Directora del Coro

Hector Berlioz
Sinfonía Fantástica
Sueños y pasiones
Un baile
Escena en el campo
La marcha del cadalso
Sueño de una noche de aquelarre



Cada vez que Claudio Abbado, una vez al año, vuelve a la Filarmónica de Berlín, le gusta probar algo nuevo, combinándolo con obras que ha preparado con la orquesta en el pasado. Ese es el caso de este concierto con la Sinfonía Fantástica de Berlioz y la música incidental de Felix Mendelssohn para “El sueño de una noche de verano”. La yuxtaposición de Berlioz y Mendelssohn es también una idea fascinante, ya que pone de relieve el primer período del romanticismo musical. Los dos compositores se reunieron por primera vez en Roma en 1832.

Berlioz estaba lleno de admiración por Mendelssohn, quien por su parte tuvo dificultades para aguantar el efusivo comportamiento de Berlioz, "ese entusiasmo vuelto del revés, esta desesperación al presentarse entre mujeres, este ingenio impreso en caracteres góticos." Y la Sinfonía Fantástica le enajenó. Particularmente en el final, el sueño de una noche de aquelarre, Mendelssohn vio "locura absoluta, pasión artificial ... gruñendo, gritando, gritando una y otra vez." Su música para El sueño de una noche de verano, en la que se encaja agradablemente el material de la obra de Shakespeare en la música, nos muestra su propio ideal de composición romántica. La obertura de 1826 - un golpe de genio por parte del compositor de 17 años - captura la atmósfera y el sabor del mundo del reino de las hadas en el que reina la pareja real de Oberon y Titania.

En 1843, Mendelssohn continuó con 12 piezas musicales adicionales, por encargo del rey Federico Guillermo IV de Prusia para una interpretación de El sueño de una noche de verano en el Nuevo Palacio de Potsdam. El resultado fue una colección de piezas instrumentales, vocales y melodramática, de las cuales la marcha nupcial es probablemente la más famosa. En 1843 volvieron a encontrarse los compositores cuando Berlioz dirigió la Sinfonía Fantástica en Leipzig. Después de un inicial distanciamiento, comenzaron a entenderse cada vez mejor - hasta llegar a una escena muy simbólica cuando Berlioz y Mendelssohn intercambiaron sus bastones como recuerdo.


Sueños, Pasiones
Mendelssohn y Berlioz inspirados por Shakespeare

Es difícil imaginarles juntos. Por un lado, Felix Mendelssohn: el espíritu brillante del romanticismo alemán, descendiente de una arraigada familia, polifacético, alentado y admirado desde su juventud. Por otro lado, Hector Berlioz: cinco años mayor, un escéptico triunfador de la música francesa del Clasicismo al Romanticismo, hijo de un médico de provincias, no es un niño prodigio, desdeñoso de la práctica musical tradicional y un visionario de la música del futuro, a menudo criticado.

Se conocieron, citando a Goethe “en la tierra donde florece el limonero” y al poco tiempo ambos deseaban que el otro desapareciera. Berlioz presenta a Mendelssohn partes de su cantata Sardanapale en 1831 en Roma. En sus memorias Berlioz escribió que su colega más joven dijo que la música era "francamente horrible." No debemos tomar cada palabra de la autobiografía del compositor francés al pie de la letra, aunque de hecho están documentados varios comentarios irrespetuosos de Mendelssohn acerca de Berlioz. Berlioz, por su parte, expresó su respeto por Mendelssohn, a pesar de las críticas, cuando por ejemplo, elogió la Obertura de las Hébridas de Mendelssohn o cuando le dio las gracias por permitirle dirigir la Sinfonía Fantástica con la Orquesta de la Gewandhaus.

Ambos compositores se sintieron atraídos tanto por Inglaterra como por Italia, también debido a la topografía literaria. "Su inmensa erudición literaria, conocía todos los pasajes importantes de la Biblia, Shakespeare, Goethe, Jean Paul, (también Homero) casi de memoria" - nota de Robert Schumann sobre Mendelssohn que podría aplicarse igualmente a Berlioz. Habían leído ambos durante mucho tiempo a los grandes clásicos a una edad en la que la mayoría de la gente ni siquiera podía leer todavía, y ambos consideraban las obras de William Shakespeare, en particular, como una influencia formativa en sus vidas.

Felix Mendelssohn: Música incidental para El Sueño de una Noche de Verano

A la edad de seis años regalaron a Mendelssohn un teatro de marionetas en el que inmediatamente representó obras de Goethe y Shakespeare. Según el relato de su madre, El sueño de una noche de verano era la "lectura preferida" del niño. Aproximadamente diez años más tarde, en julio de 1826, Mendelssohn escribió a su hermana Fanny sobre su deseo de "soñar el sueño de una noche de verano". La partitura de la obertura del Sueño de una noche de verano se terminó sólo un mes más tarde. Desde el principio, todo el mundo estaba de acuerdo en que no sólo había puesto música al sueño sino que también había compuesto exquisitamente una música hermosa y original.

Además de la brillantez de la obertura, lo que es especialmente sorprendente acerca de El sueño de una noche de verano de Mendelssohn es el hecho de que la música incidental que se desarrolló orgánicamente a partir de la obertura no fue compuesta hasta 17 años más tarde - la obertura op. 21 se publicó de nuevo con la música incidental como op. 61 en 1843. Sin querer minimizar la importancia de los números que siguen a la obertura (basta pensar en la marcha nupcial, que se toca en todo el mundo todos los días), la obertura ya dice mucho, pues al final Mendelssohn estaba más interesado en el teatro de los sueños, antes que en el escenario teatral. Los cuatro acordes iniciales de la sección de viento deslizándose suavemente hacia mi mayor destilan un aura incomparable. Los staccatos rápidamente susurrados de los violines nos envuelven en un abrir y cerrar de ojos en la magia de las hadas de Shakespeare. Vemos la cabeza del pobre Bottom ante nosotros transformarse en un burro cuando escuchamos las cómicas novenas descendentes en la música "gamberra". La música incidental vuelve a los mundos que se presentan en la obertura: las voces de las mujeres ahora representan las hadas cantando para que duerma su reina, Titania, con su canción de cuna. Se escuchan nuevas ideas en particular en el intermezzo después del final del segundo acto, que refleja el estado de ánimo agitado de Hermia, la amante abandonada. Al final, el sueño termina como comenzó 17 años antes - con los mágicos acordes del viento de la obertura.

Hector Berlioz: Sinfonía Fantástica

La cantata Sardanápalo que tan poco gustó a Mendelssohn fue el resultado del cuarto intento de Berlioz de ganar el Prix de Roma. El premio más prestigioso de la vida musical francesa requiere adaptarse a textos prescritos, generalmente aburridos e incluía una estancia en la Villa Medici en Roma. Berlioz ya había participado en el concurso por segunda vez en 1828 con la Cantata Herminie (basada en la Gerusalemme Liberata de Torquato Tasso). El oyente actual escucha esta obra con asombro, ya que se abre con la melodía expansiva que encontramos en la Sinfonía Fantástica, compuesta dos años más tarde. Es es la legendaria idea fija, la cual - introducida por la flauta y los violines - domina el primero movimiento de esta obra y se repite lo largo de los siguientes cuatro movimientos.

Independientemente de la idealización literaria en sus memorias, hubo al menos dos surrealistas historias de amor en la vida de Berlioz. La primera fue su amor no correspondido por Estelle Duboeuf, de quien se enamoró perdidamente con doce años de edad y que volvió a encender su pasión casi 50 años después. El segundo fue su amor por la shakesperiana actriz irlandesa Harriet Smithson, a quien adoraba a distancia hasta que en realidad se convirtió en Madame Berlioz y como esposa en la vida real le decepcionó profundamente, a él, el maestro de la imaginación. La Sinfonía Fantástica es inconcebible sin la obsesión maníaca del compositor con estos dos amores a largo plazo y el motivo musical que inspiró. "El amor", escribió Berlioz al final de sus memorias, "no puede dar una idea de la música, la música puede dar una idea del amor. . . . ¿Por qué separarlos? Son las dos alas del alma."

Para ilustrar que, aunque de forma indirecta, Berlioz concede gran importancia al programa de la sinfonía, subtituladó la obra como Épisode de la vie d'un artiste (episodio en la vida de un artista). El primer movimiento se llama "Sueños – Pasiones"; después de una introducción lenta en Do menor, la idea fija - el tema de la amada - comienza. El segundo movimiento, un vals elegante en La mayor, nos transporta a un baile, el tercero a una escena en el campo con el sonido de las gaitas de los pastores. Pero incluso allí, el "yo sinfónico" es superado por la obsesión musical y erótica de la idea fija. Le ayudará el opio? Un viaje con la droga acaba en las visiones de los dos últimos movimientos - en el cuarto, la guillotina cae cuando la percusión pone fin al horrible chillido del clarinete en do y los secos pizzicatos simbolizan la cabeza rodando. En el finale, el alma torturada, finalmente se convierte de nuevo en un aquelarre, donde sólo hay desprecio y burla para el amor verdadero en el brillo frío del Do mayor – el tema del canto gregoriano Dies irae está parafraseado y parodiado de las formas más coloridas que puedan concebirse.

La Sinfonía Fantástica tiene tres niveles de conciencia correspondientes a su programa: sueño/ensoñación (1er movimiento), realidad (2º y 3er movimiento) y el frenesí de las drogas (movimientos 4º y 5º). El macabro júbilo en Do mayor del final enmascara el hecho de que todavía estamos en un "paraíso artificial". El "día después" se representa en el monodrama Lélio, ou Le Retour à la vie (Lelio, o el retorno a la Vida), compuesto en 1831, y que Berlioz relaciona con su sinfonía op. 14 con el programático número de opus "14 bis". En contraste con la Sinfonía Fantástica, que es una obra sobre el pecado, Lélio trata del remordimiento. Rara vez se lleva a cabo, ya que es muy elaborada y un anticlímax a la sinfonía absolutamente incomparable. Si tomamos la concepción de Berlioz de forma literal, las interpretaciones en solitario de la Sinfonía Fantástica que nos son familiares representan sólo una cara de la moneda. Pero seamos honestos: no es el pecado más atractivo que el remordimiento?
Olaf Wilhelmer
Trad: juanluisgx

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