CLAUDIO ABBADO DIRIGE A LA FILARMÓNICA DE BERLÍN - RETRANSMISIÓN EN DIRECTO - DOMINGO 19 MAYO´13 - TEATRO EL ALBÉITAR 20H
Mañana domingo 19 de mayo´13 tendrá lugar puntualmente a las 20h (las puertas se abrirán a las 19:30h) en el Teatro El Albéitar de la Universidad de León, la retransmisión desde la Philarmonie de Berlín del concierto en el que Claudio Abbado vuelve a dirigir la que fue su orquesta, la Filarmónica de Berlín, con un programa en el que interpretarán la música incidental para El Sueño de una Noche de Verano de Félix Mendelssohn y la Sinfonía Fantástica de Berlioz.
Esta actividad se realiza en colaboración con el Conservatorio Profesional de Música de León
Puedes seguir leyendo las notas al programa de este concierto en ESTE ENLACE
Berliner
Philarmoniker – Claudio Abbado, director
Felix
Mendelssohn
El
Sueño de una Noche de Verano
(Selección)
Deborah
York, Soprano - Stella Doufexis, Mezzo-Soprano
Mujeres
del Coro de la Radio de Baviera - Konstantia Gourzi, Directora del
Coro
Hector
Berlioz
Sinfonía
Fantástica
Sueños
y pasiones
Un
baile
Escena
en el campo
La
marcha del cadalso
Sueño
de una noche de aquelarre
Cada
vez que Claudio Abbado, una vez al año, vuelve a la Filarmónica de
Berlín, le gusta probar algo nuevo, combinándolo con obras que ha
preparado con la orquesta en el pasado. Ese es el caso de este
concierto con la Sinfonía Fantástica de Berlioz y la música
incidental de Felix Mendelssohn para “El
sueño de una noche de verano”.
La yuxtaposición de Berlioz y Mendelssohn es también una idea
fascinante, ya que pone de relieve el primer período del
romanticismo musical. Los dos compositores se reunieron por primera
vez en Roma en 1832.
Berlioz
estaba lleno de admiración por Mendelssohn, quien por su parte tuvo
dificultades para aguantar el efusivo comportamiento de Berlioz, "ese
entusiasmo vuelto del revés, esta desesperación al presentarse
entre mujeres, este ingenio impreso en caracteres góticos." Y
la Sinfonía Fantástica le enajenó. Particularmente en el final, el
sueño de una noche de aquelarre, Mendelssohn vio "locura
absoluta, pasión artificial ... gruñendo, gritando, gritando una y
otra vez." Su música para El
sueño de una noche de verano,
en la que se encaja agradablemente el material de la obra de
Shakespeare en la música, nos muestra su propio ideal de composición
romántica. La obertura de 1826 - un golpe de genio por parte del
compositor de 17 años - captura la atmósfera y el sabor del mundo
del reino de las hadas en el que reina la pareja real de Oberon y
Titania.
En
1843, Mendelssohn continuó con 12 piezas musicales adicionales, por
encargo del rey Federico Guillermo IV de Prusia para una
interpretación de El
sueño de una noche de verano
en el Nuevo Palacio de Potsdam. El resultado fue una colección de
piezas instrumentales, vocales y melodramática, de las cuales la
marcha nupcial es probablemente la más famosa. En 1843 volvieron a
encontrarse los compositores cuando Berlioz dirigió la Sinfonía
Fantástica en Leipzig. Después de un inicial distanciamiento,
comenzaron a entenderse cada vez mejor - hasta llegar a una escena
muy simbólica cuando Berlioz y Mendelssohn intercambiaron sus
bastones como recuerdo.
Sueños,
Pasiones
Mendelssohn
y Berlioz inspirados por Shakespeare
Es
difícil imaginarles juntos. Por un lado, Felix Mendelssohn: el
espíritu brillante del romanticismo alemán, descendiente de una
arraigada familia, polifacético, alentado y admirado desde su
juventud. Por otro lado, Hector Berlioz: cinco años mayor, un
escéptico triunfador de la música francesa del Clasicismo al
Romanticismo, hijo de un médico de provincias, no es un niño
prodigio, desdeñoso de la práctica musical tradicional y un
visionario de la música del futuro, a menudo criticado.
Se
conocieron, citando a Goethe “en la tierra donde florece el
limonero” y al poco tiempo ambos deseaban que el otro
desapareciera. Berlioz presenta a Mendelssohn partes de su cantata
Sardanapale en 1831 en Roma. En sus memorias Berlioz escribió que su
colega más joven dijo que la música era "francamente
horrible." No debemos tomar cada palabra de la autobiografía
del compositor francés al pie de la letra, aunque de hecho están
documentados varios comentarios irrespetuosos de Mendelssohn acerca
de Berlioz. Berlioz, por su parte, expresó su respeto por
Mendelssohn, a pesar de las críticas, cuando por ejemplo, elogió la
Obertura de las Hébridas de Mendelssohn o cuando le dio las gracias
por permitirle dirigir la Sinfonía Fantástica con la Orquesta de la
Gewandhaus.
Ambos
compositores se sintieron atraídos tanto por Inglaterra como por
Italia, también debido a la topografía literaria. "Su inmensa
erudición literaria, conocía todos los pasajes importantes de la
Biblia, Shakespeare, Goethe, Jean Paul, (también Homero) casi de
memoria" - nota de Robert Schumann sobre Mendelssohn que podría
aplicarse igualmente a Berlioz. Habían leído ambos durante mucho
tiempo a los grandes clásicos a una edad en la que la mayoría de la
gente ni siquiera podía leer todavía, y ambos consideraban las
obras de William Shakespeare, en particular, como una influencia
formativa en sus vidas.
Felix
Mendelssohn: Música incidental para El
Sueño de una Noche de Verano
A
la edad de seis años regalaron a Mendelssohn un teatro de marionetas
en el que inmediatamente representó obras de Goethe y Shakespeare.
Según el relato de su madre, El
sueño de una noche de verano
era la "lectura preferida" del niño. Aproximadamente diez
años más tarde, en julio de 1826, Mendelssohn escribió a su
hermana Fanny sobre su deseo de "soñar el sueño de una noche
de verano". La partitura de la obertura del Sueño
de una noche de verano
se terminó sólo un mes más tarde. Desde el principio, todo el
mundo estaba de acuerdo en que no sólo había puesto música al
sueño sino que también había compuesto exquisitamente una música
hermosa y original.
Además de la brillantez de la
obertura, lo que es especialmente sorprendente acerca de El sueño de
una noche de verano de Mendelssohn es el hecho de que la música
incidental que se desarrolló orgánicamente a partir de la obertura
no fue compuesta hasta 17 años más tarde - la obertura op. 21 se
publicó de nuevo con la música incidental como op. 61 en 1843. Sin
querer minimizar la importancia de los números que siguen a la
obertura (basta pensar en la marcha nupcial, que se toca en todo el
mundo todos los días), la obertura ya dice mucho, pues al final
Mendelssohn estaba más interesado en el teatro de los sueños, antes
que en el escenario teatral. Los cuatro acordes iniciales de la
sección de viento deslizándose suavemente hacia mi mayor destilan
un aura incomparable. Los staccatos rápidamente susurrados de los
violines nos envuelven en un abrir y cerrar de ojos en la magia de
las hadas de Shakespeare. Vemos la cabeza del pobre Bottom ante
nosotros transformarse en un burro cuando escuchamos las cómicas
novenas descendentes en la música "gamberra". La música
incidental vuelve a los mundos que se presentan en la obertura: las
voces de las mujeres ahora representan las hadas cantando para que
duerma su reina, Titania, con su canción de cuna. Se escuchan nuevas
ideas en particular en el intermezzo después del final del segundo
acto, que refleja el estado de ánimo agitado de Hermia, la amante
abandonada. Al final, el sueño termina como comenzó 17 años antes
- con los mágicos acordes del viento de la obertura.
Hector
Berlioz: Sinfonía Fantástica
La
cantata Sardanápalo que tan poco gustó a Mendelssohn fue el
resultado del cuarto intento de Berlioz de ganar el Prix de Roma. El
premio más prestigioso de la vida musical francesa requiere
adaptarse a textos prescritos, generalmente aburridos e incluía una
estancia en la Villa Medici en Roma. Berlioz ya había participado en
el concurso por segunda vez en 1828 con la Cantata Herminie (basada
en la Gerusalemme Liberata de Torquato Tasso). El oyente actual
escucha esta obra con asombro, ya que se abre con la melodía
expansiva que encontramos en la Sinfonía Fantástica, compuesta dos
años más tarde. Es es la legendaria idea
fija, la cual -
introducida por la flauta y los violines - domina el primero
movimiento de esta obra y se repite lo largo de los siguientes cuatro
movimientos.
Independientemente
de la idealización literaria en sus memorias, hubo al menos dos
surrealistas historias de amor en la vida de Berlioz. La primera fue
su amor no correspondido por Estelle Duboeuf, de quien se enamoró
perdidamente con doce años de edad y que volvió a encender su
pasión casi 50 años después. El segundo fue su amor por la
shakesperiana actriz irlandesa Harriet Smithson, a quien adoraba a
distancia hasta que en realidad se convirtió en Madame Berlioz y
como esposa en la vida real le decepcionó profundamente, a él, el
maestro de la imaginación. La Sinfonía Fantástica es inconcebible
sin la obsesión maníaca del compositor con estos dos amores a largo
plazo y el motivo musical que inspiró. "El amor", escribió
Berlioz al final de sus memorias, "no puede dar una idea de la
música, la música puede dar una idea del amor. . . . ¿Por qué
separarlos? Son las dos alas del alma."
Para
ilustrar que, aunque de forma indirecta, Berlioz concede gran
importancia al programa de la sinfonía, subtituladó la obra como
Épisode de la vie d'un artiste (episodio en la vida de un artista).
El primer movimiento se llama "Sueños – Pasiones";
después de una introducción lenta en Do menor, la idea fija - el
tema de la amada - comienza. El segundo movimiento, un vals elegante
en La mayor, nos transporta a un baile, el tercero a una escena en el
campo con el sonido de las gaitas de los pastores. Pero incluso allí,
el "yo sinfónico" es superado por la obsesión musical y
erótica de la idea fija. Le ayudará el opio? Un viaje con la droga
acaba en las visiones de los dos últimos movimientos - en el cuarto,
la guillotina cae cuando la percusión pone fin al horrible chillido
del clarinete en do y los secos pizzicatos simbolizan la cabeza
rodando. En el finale, el alma torturada, finalmente se convierte de
nuevo en un aquelarre, donde sólo hay desprecio y burla para el amor
verdadero en el brillo frío del Do mayor – el tema del canto
gregoriano Dies irae
está parafraseado y parodiado de las formas más coloridas que
puedan concebirse.
La
Sinfonía Fantástica tiene tres niveles de conciencia
correspondientes a su programa: sueño/ensoñación (1er movimiento),
realidad (2º y 3er movimiento) y el frenesí de las drogas
(movimientos 4º y 5º). El macabro júbilo en Do mayor del final
enmascara el hecho de que todavía estamos en un "paraíso
artificial". El "día después" se representa en el
monodrama Lélio, ou
Le Retour à la vie
(Lelio, o el retorno
a la Vida),
compuesto en 1831, y que Berlioz relaciona con su sinfonía op. 14
con el programático número de opus "14 bis". En contraste
con la Sinfonía Fantástica, que es una obra sobre el pecado, Lélio
trata del remordimiento. Rara vez se lleva a cabo, ya que es muy
elaborada y un anticlímax a la sinfonía absolutamente incomparable.
Si tomamos la concepción de Berlioz de forma literal, las
interpretaciones en solitario de la Sinfonía Fantástica que nos son
familiares representan sólo una cara de la moneda. Pero seamos
honestos: no es el pecado más atractivo que el remordimiento?
Olaf
Wilhelmer
Trad:
juanluisgx
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