Toda la información sobre el Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León
El centro da a conocer algunas de sus más de 2.000 piezas, con el acompañamiento de Juventudes Musicales. Este mes de febrero el conjunto de piezas que se presentarán son las que han servido para analizar la calidad del carbón obtenido en la mina. El evento se celebrará el próximo 14 de febrero a las 18 h.
El Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León, con sede en Sabero (León), continúa en el mes de febrero con su programa didáctico “Las piezas suenan”.
A lo largo de los once años de andadura del centro y cumpliendo con el objetivo de salvaguardar los elementos vinculados al trabajo y la cultura minera, el museo ha incrementado su colección en más de dos mil piezas, la mayoría de las cuales forman parte de los fondos no expuestos de manera permanente.
Estas herramientas y objetos que durante décadas dieron vida al trabajo en la mina y que ahora reposan en el almacén del museo, recobran vida y se muestran de nuevo inspirando a los músicos que les acompañarán en su presentación.
La pieza del mes de febrero, que se presentará el día 14, corresponde a un conjunto de instrumentos de laboratorio usados en las empresas mineras para analizar la calidad del carbón obtenido, en base a las cenizas resultantes de su quema, los volátiles generados, etc., lo que permite mejorar las decisiones sobre su extracción, tratamiento y destino. Matraces, probetas, tubos de ensayo, pipetas, gradillas, buretas, hornillos, conforman este laboratorio.
Los grupos de cámara de Juventudes Musicales de León han aceptado el reto planteado por el museo para interpretar varias obras inspiradas en la pieza que se presente cada mes a lo largo del primer semestre del año 2020.
La presentación técnica de la pieza y el reconocimiento a su donante tendrán como fondo la música, inspirada tal vez en la delicadeza de alguno de estos objetos de cristal, en el sonido peculiar del carbón ardiendo o en el ambiente de concentración necesario en el laboratorio .
La actividad puesta en marcha por la Consejería de Cultura y Turismo tendrá lugar el viernes día catorce de febrero a las seis de la tarde con entrada libre hasta completar el aforo.
¿Qué relación existe entre la química y la música?
En algunos centros de investigación estudian los aspectos musicales de los procesos químicos; hay compositores que utilizan procesos de síntesis química para componer música; en la historia ha habido químicos que llegaron a ser grandes compositores, como Alexander Borodin y Edward Elgar.
Hay una serie de habilidades en ambas disciplinas que son fundamentales para conseguir resultados óptimos.
Un ejemplo, es la capacidad de reconocimiento y uso de patrones. En química, muchos conceptos están basados en patrones, como la tabla periódica de los elementos. En música, tenemos desde patrones sencillos como el uso de una determinada escala, a los más complejos, como los que se usan en algunas formas musicales. Los músicos han de desarrollar su habilidad para reconocer, repetir y perfeccionar esos patrones.
Otro ejemplo, es la precisión y delicadeza de las destrezas manuales, que en los músicos les lleva a dominar la técnica de cada uno de los instrumentos, para poder llegar a mejorar su capacidad expresiva en cuanto a afinación, intensidad, articulación, velocidad o timbre. A su vez, los químicos han de ser muy precisos en sus experimentos y pruebas, y de su pericia depende en muchas ocasiones poder llegar a un objetivo concreto en un experimento o en una investigación.
Otro elemento común, es el tiempo. Para un músico es vital entender y dominar el ritmo y la duración de las notas, no solo los suyos, sino los del grupo de instrumentos en el que pueda estar tocando, la sincronización es fundamental para conseguir un resultado artístico óptimo. En el caso de los químicos, el control del tiempo es fundamental en los procesos de investigación, para dar con el momentos idóneo en el uso de reactivos y conseguir determinado resultado.
Una habilidad común a ambos campos, como en muchos otros, es la capacidad de aprender de los errores. El proceso de aprendizaje implica cometer errores, disponer de las herramientas para corregirlos, tener paciencia para practicar y superarlos y así llegar al óptimo resultado técnico y musical. En el ámbito de la química, el método científico requiere que se pueda aprender de los errores: se puede haber pasado por multitud de experimentos fallidos, antes de aprender a resolver un problema o hacer que una reacción funcione.
Además de las anteriores, la creatividad y la capacidad de manejar complejos multidimensionales, son también comunes a la música y la química.
