Una vez más los leoneses han mostrado su amor por la buena música, superando las inclemencias del tiempo, en una noche gélida del último día de noviembre. La larga cola para escuchar este concierto nos recordó los pasados eventos del XXX Festival de Órgano en torno al nuevo órgano de la catedral. Es cierto que el acontecimiento merecía la pena: Concierto conmemorativo del MC Aniversario de San Miguel de Escalada, con la Sinfonía 31 para cuatro trompas, de Haydn, y el célebre “Gloria”, de Vivaldi, a cargo de la Orquesta y el Coro “Ángel Barja”, ambos de JJMM-ULE. El resultado colmó todas las expectativas, con un público cuya respuesta fue, una vez más, contundente y masiva, sorprendiendo a los organizadores.
Los intérpretes, leoneses, salvo una cantante; lo que significa que hemos de tomar conciencia de lo que tenemos en casa, algo poco frecuente y poco habitual en nuestro país, sobre todo de parte de los responsables políticos, como veremos después. No obstante, el coro “Ángel Barja” y la orquesta de JJMM-ULE son bien conocidos y admirados por el público leonés, pues llevan varios años deleitándonos con su buen hacer. Estos dos conjuntos leoneses están formados por jóvenes, los más desfavorecidos de la grave situación que afecta a nuestro país, y a pesar de ello, lejos de desanimarse y desinteresarse, colaboran en estas actividades culturales, de forma voluntaria, altruista y ejemplar, ofreciéndonos lo mejor que hay en ellos. En cuanto al Coro “Ángel Barja”, ha obtenido varios premios importantes a nivel nacional, como prueba de su calidad y prestigio, bajo la competente dirección de Aitor Olivares. La orquesta, formada por jovencísimos músicos, la mayoría estudiantes aún, también ha dado muestras de su admirable trabajo, bajo la batuta del profesor del Conservatorio de León, Juan Luis García, quien ha sabido conducir a estos jóvenes, desde sus comienzos, con una experiencia propia de un buen pedagogo musical.
El programa interpretado fue muy atractivo: En primer lugar, la sinfonía 31 de Haydn, subtitulada “Toque de trompas”, porque intervienen 4 de estos instrumentos; en este concierto, a cargo del cuarteto de trompas CORLEÓN, joven agrupación leonesa que nos deleitó con su sonido característico, misterioso y profundo, que resonó con belleza y fuerza sobre las piedras y las vidrieras de la Pulchra, y acompañados con precisión, en todo momento, por la orquesta. Y a continuación, el célebre “Gloria” de Vivaldi, en una interpretación para no olvidar en la catedral de León, a pesar del frío, con la intervención de dos cantantes, la brillante soprano cubana Yanicet Lobaina y la mezzo leonesa Pilar Vázquez, que sorprendieron a los oyentes por su técnica, su arte y su belleza. En cuanto a la joven mezzosoprano Pilar Vázquez, nos ha asombrado por su versatilidad, sus graves poderosos y brillantes que recuerdan a la diva Jessye Norman; ocupa ya un lugar destacado entre las cantantes españolas y no dudamos que pronto será reconocida a nivel internacional.
Si bien los leoneses acuden a estos eventos siempre que se les convoca, los gobernantes suelen brillar por su ausencia. Podría decirse que “ellos se lo pierden”, lo cual es literalmente cierto, pero esa actitud -en ellos- tiene consecuencias serias, porque significa que no están a la altura que corresponde a su cargo. Es cierto que estuvo presente la alcaldesa de Gradefes, anfitriona de este acto, pero ¿dónde estaban los responsables políticos de la ciudad y de la provincia? En cuanto a la ULE, es justo reconocer y agradecer su apoyo a estos dos conjuntos leoneses, mediante un convenio, gracias al cual el coro “Angel Barja” y la orquesta JJMM-ULE pueden continuar con su gran labor de educación y expansión en el campo de la música, aunque no siempre en las condiciones adecuadas. Por ello, es necesario prestarles un mayor apoyo y colaboración, en bien de la cultura leonesa, pues su demostrada profesionalidad lo exige y lo requiere. Los responsables políticos tienen que responder a los deseos de los leoneses, pues ese es su compromiso y su obligación. Este es el cambio que necesita nuestro país en general, de parte de los políticos, que sepan apreciar lo que los ciudadanos demandan. Ha llegado la hora de que lo público, lo de todos, esté por encima de los intereses particulares, que nadie que no esté dispuesto a este reto pueda acceder al mundo de la política. También depende de nosotros, los ciudadanos de a pie.
Y para terminar, es preciso traer a colación estas preguntas: ¿Por qué -dado el frio reinante en estas épocas- no hubo la coordinación necesaria para que este concierto se llevara a cabo en el Auditorio, tan falto de audiciones como ésta celebrada en la catedral?, ¿por qué no se abrieron las puertas para entrar al concierto hasta diez minutos antes de la hora del comienzo, obligando a los sufridos leoneses a pasar aún más frío fuera en una larga cola? Esta pregunta quizás esté relacionada con estas otras: ¿Por qué no se abrió la sacristía para los intérpretes, como en otras ocasiones, teniendo que cambiarse de ropa algunos de ellos en el coro?, ¿por qué algunos intérpretes permanecieron encerrados en la catedral, durante veinte minutos, el día del concierto por la mañana durante el ensayo, por ausencia del encargado de las llaves? Y estas preguntas enlazan, a su vez, con esta otra que es habitual: ¿Por qué todos o la mayoría de los intérpretes que actúan en la catedral, tienen tantos problemas para ensayar como se merece y como necesitan, y como es normal en cualquier sala o lugar de conciertos? Es lamentable que hechos como éstos empañen actuaciones tan brillantes como a la que asistimos el pasado 30 de noviembre. Algo tiene que cambiar en las élites de todo tipo en nuestro país.
León, 2 de diciembre de 2013
