INAUGURACIÓN DE LA EXPOSICIÓN DEL "COLECTIVO 4" EN EL CENTRO LEONÉS DE ARTE
El próximo viernes 21 de septiembre de 2007 a las 20:30h tendrá lugar la inauguración de la exposición del "Colectivo 4" en el Centro Leonés de Arte (centro del Instituto Leonés de Cultura (ILC) de la Diputación de León) (C/ Independencia 18)
El Colectivo 4 está formado por:
En la inauguración estarán presentes los artistas del Colectivo 4, así como los responsables políticos de la institución provincial y otras autoridades: Presidenta de la Diputación de León, Diputado del ILC, Director del ILC, Director del Departamento de Arte y Exposiciones del ILC y representantes de la Diputación de Valladolid.
Habrá vino español
Esta exposición estará abierta del
21 de septiembre al 4 de noviembre de 2007
en el siguiente
HORARIO
Lunes a sábados de 11 a 14h y de 18 a 21h
Domingos y festivos, de 11 a 14h
Talleres didácticos y visitas guiadas: Tfno 987 262423
Más información sobre esta exposición en
ESTE ENLACE
1 comentario:
Texto de Luis García Martínez, Director del Departamento de Arte y Exposiciones del ILC
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
La poética individual como esencia del grupo
El “Grupo 4” está integrado por Carlos Álvarez Cuenllas (León, 1969); Rafael Anel Martín Granizo (León, 1969); Santos Javier Álvarez Valderrey (Astorga, 1965) y David del Bosque (Valladolid, 1976). Surge en León el 21 de abril de 2005 con una acción videográfica en el hall del MUSAC. Todos se han formado en la Facultad de Bellas Artes de Salamanca. Es un grupo heterogéneo en el que cada integrante tiene su propia trayectoria.
Santos Javier, en los inicios del siglo XXI, utiliza la cámara digital y el ordenador como herramientas básicas de su trabajo, pero con un enfoque estrictamente pictórico, no fotográfico. La cámara captura la imagen matriz y, una vez tratada, será transferida a un lienzo vinílico, alcanzando un acabado de pieza pictórica. En la serie “Cajas” utiliza intensos contrastes cromáticos. Las líneas de fuga y los puntos de vista utilizados generan composiciones de gran tensión y dinamismo expansivo. El protagonista es el objeto cotidiano, referencia directa al Pop Art, que se reitera en la seriación y multiplicidad de la imagen. Otro aspecto importante es el cambio de escala. El objeto es transformado hasta convertirlo en otra realidad visual y plástica, y la ambigüedad de la imagen, la ambivalencia y la polisemia se apoderan de estas piezas. Un aspecto innovador, en este proyecto, es la creación de una gran caja de luz, al intervenir en las ventanas y puertas de uno de los edificios del complejo del Centro Leonés de Cultura (CLA), primera instalación y transformación de un espacio urbano que realiza el artista. Otro aspecto novedoso es la transformación plástica de una fachada de otro de los edificios del CLA, generando un tratamiento escenográfico en el entorno arquitectónico. Sin duda, la espectacularidad de ambas acciones supone un cambio cualitativo muy significativo en su trayectoria.
Carlos Álvarez Cuenllas es el miembro del grupo con más proyección nacional. Esta obra pertenece a una serie que Carlos utiliza como referencia a sus vivencias más íntimas y vitales. La instalación “Isla Plácido”, proyecto que se presenta en esta muestra es un homenaje concreto a su padre. El creador no utiliza el concepto estricto de instalación, sino que parte de la utilización del espacio como un elemento genérico, susceptible de cambio, nunca como fijo e imprescindible por sus características concretas. La idea de instalación se hace más flexible y diversa en sus múltiples variantes de presentación según los lugares donde se realice la intervención. Los componentes plásticos y la ordenación se convierten en la clave fundamental de la instalación, adaptándose a cada espacio nuevo. “Isla Plácido” fue creada en el año 2006 y concebida para un espacio interior con poca luz. La primera vez se presentó en la galería Benito Esteban de Salamanca y, ahora, en el Centro Leonés de Arte (CLA). Posteriormente se instalará en el Palacio del Pimentel de Valladolid y cada propuesta alcanzará una configuración diferente y enriquecedora. Otra característica de su trabajo es la reutilización de piezas o elementos. En este caso vuelve a incorporar el módulo de tubo industrial de acero, levemente modificado, como parte esencial de la instalación, pero incorpora también otro elemento reutilizado, un catamarán de acero inoxidable que formó parte de otra instalación presentada en el Auditorio de León en el 2002. En esta ocasión combina, en un perfecto diálogo, el proceso artesanal presente en las formas del vidrio pigmentado y el proceso industrial presente en el acero y en la instalación eléctrica. Una obra que vuelve a utilizar la luz como parte esencial, generando un ambiente mágico y sugerente por medio del intenso color de los cristales. Una pieza que sin duda presenta intensa carga simbólica.
Rafael Anel Martín Granizo procede de la pintura abstracta de tipo lírico, si bien es cierto que el vídeo siempre ha estado presente en su obra. En la muestra aporta tres videoproyecciones, animaciones realizadas en 3 D en formato DVD, correspondientes al año 2006. Las piezas se centran en el comportamiento del hombre, imagen de un ser anónimo, genérico, anodino, neutro, con una apariencia robótica o de autómata que reitera las acciones de forma seriada. “Esperante”, el primer video, se inicia con un primer plano del busto de un personaje masculino, el cual, por medio de varios movimientos rápidos de zoom, literalmente invade nuestro espacio vital como intentando introducirnos en un mundo denso y fantasmagórico, que se ve acentuado por el efecto musical. El artista quiere enfrentarnos a los mecanismos básicos del hombre, recordándonos la vulnerabilidad de éste ante un mundo sumamente tecnológico. El segundo, “I W LOST IN THE SUPERMARKET, I ALWAYS LOVE THEM”, utiliza la repetición simultánea de las mismas imágenes en un mismo plano, creando un espacio visual barroco de gran complejidad. Una crítica del comportamiento humano en relación a la sociedad de consumo actual y la pérdida de identidad. En el tercero presenta una obra intensamente tenebrista, barroca y con fuerte carga expresionista. El personaje inexpresivo, sin mirada, con movimientos repetitivos, surge directamente sobre un fondo totalmente negro y avanza constantemente hacia nosotros, pero sin alcanzarnos nunca. A partir de este momento se iniciará la clonación del personaje, todos idénticos recorren un espacio infinito sin un fin ni objetivo, generando en el espectador una sensación de inquietud y tensión ante la posibilidad real de clonación del ser humano.
David del Bosque presenta una propuesta que se mantiene en la utilización de la escultura de suelo y la unidad de pintura individual de muro, pero incorpora algunas variantes leves en relación a etapas anteriores. Así algunas de sus obras necesitan o incorporan el muro para poder ser apreciadas y concebidas en su plena expresión. En primer lugar, porque integran conceptualmente una sección del muro como parte imprescindible para completar la forma matriz o conceptual del cuadro, ya sea el rectángulo o el cuadrado, y, en segundo lugar, porque incorpora la luz artificial como un elemento fundamental de la pieza, planteando una serie de proyecciones lumínicas indirectas que generan tensiones que hacen que se amplifique el espacio de la pieza al expandirse ésta por el muro. La luz, como una parte esencial de la obra, había sido utilizada antes en la instalación “Un carretillo de oro”, del 2004. Las piezas presentan una composición estrictamente geométrica, utilizando tres unidades básicas: el cuadrado, el rectángulo y el triángulo, que se articulan tanto de forma aditiva como sustractiva. El equilibrio, la serenidad, así como el perfecto diálogo cromático conseguido por sutiles degradaciones de grises y blancos, nos aproximan a una concepción clásica de la obra con una intensa carga poética e intimista.
Con esta exposición el espectador podrá tomar el pulso a la realidad plástica más actual del arte en Castilla y León.
Publicar un comentario