martes, enero 13, 2015

TENÉIS VEINTICINCO HORAS PARA RESOLVER EL TRIVIAL DEL BALLET EL CUENTO DE INVIERNO Y CONSEGUIR UNA ENTRADA PARA VERLO EN LOS CINES VAN GOGH EL JUEVES 15 DE ENERO´15 - 20H



THE WINTER’S TALE
EL CUENTO DE INVIERNO
Ballet en tres actos con música de Joby Talbot y coreografía de Christopher Wheeldon, partiendo de la obra teatral Cuento de invierno, de William Shakespeare

Estreno mundial en la Royal Opera House de Londres en abril de 2014 - Grabación en directo el 28 de abril´14

Vuelve una nueva temporada la programación de óperas y ballets de los Cines Van Gogh, y vuelven a contar con el Blog de PUNTOCOMA para ofrecernos 10 entradas para las personas que contesten en forma y tiempo al trivial que iremos proponiendo para cada título.

Tenemos 10 entradas para las 10 primeras personas que acierten las respuestas a este TRIVIAL y las envíen a este correo: leon@jmspain.org indicando las respuestas correctas, nombre, apellidos y correo de contacto (sólo se admitirá una respuesta por dirección de correo y por persona).

Tenéis de plazo hasta las 00h del jueves 15 de Enero!!!

Las personas afortunadas recibirán un correo de confirmación y podrán recoger la entrada en la taquilla de los Cines Van Gogh el jueves 15 de Enero presentando el DNI.

1.- ¿En qué lugar geográfico está ambientada la acción de The Winter´s Tale?
2.- Enumera al menos cuatro de los personajes de The Winter´s Tale.
3.- ¿Qué otra famosa obra de Shakespeare fue convertida en ballet?


Director musical: David Briskin
Decorados: Bob Crowley Iluminación: Natasha Katz Proyecciones: Daniel Brodie
Maestro del ballet: Christopher Saunders
Orquesta de la Royal Opera House



ARTISTAS Y PERSONAJES
Edward Watson: Leontes, rey de Sicilia
Lauren Cuthbertson: Hermiona, esposa de Leontes
Federico Bonelli: Polixenes, rey de Bohemia

Sarah Lamb: Perdita, hija de Leontes y Hermiona
Steven McRae: Florisel, hijo de Políxenes
Zenaida Yanowsky: Paulina, dama de la corte
Cuerpo del Royal Ballet: Cortesanos, campesinos, soldados

Nunca antes se había compuesto un ballet basado en Cuento de invierno, probablemente la penúltima obra escrita por Shakespeare (1611) antes de su canto de cisne, La tempestad. La tituló así porque la imaginó como un relato para ser contado en las noches frías en torno a una hoguera. El motor de la trama son los celos infundados del rey Leontes, al que le da por creer que su mujer lo engaña con su mejor amigo. Su ira desencadenará 16 años de infortunio para él y su familia. Los personajes provenían de la tradición oral, recogida por Robert Greene en Pandosto (1588) y antes por Chaucer en los Cuentos de Canterbury, pero el poeta de Stratford-upon-avon aporta el toque maestro. Se atreve a todo: alterna prosa y verso, mezcla géneros dispares (tragedia psicológica, fantasía, romance apasionado, cuento pastoril, comedia de enredo) y hasta se toma descaradas licencias geográficas, al situar la Bohemia (República Checa) en la costa. Aunque lo más interesante es su profundo humanismo: la desgracia de Leontes no se debe a interferencias divinas o de personajes demoníacos (como Yago en Otelo), sino que nace de sí mismo. Solo el arrepentimiento y una larga penitencia le redimen.

SINOPSIS

PRÓLOGO
De pequeños, Leontes de Sicilia y Políxenes de Bohemia se hicieron amigos inseparables. Con el tiempo, ambos se convertirían en reyes. El primero, enamorado de la bella Hermiona, le propone matrimonio y le entrega un collar de esmeraldas.

Años después, y ya padres del pequeño Mamilio, el matrimonio recibe a su amigo, el rey de Bohemia. Están tan a gusto juntos que su visita en la isla se prolonga nueve meses.

ACTO I
En la corte de Sicilia / El día de la partida de Políxenes, la corte de Sicilia despide a sus amigos bohemios. Leontes pide a Hermiona que convenza al huésped de quedarse una semana más, a lo que éste accede. Sin embargo, el rey ve demasiada confianza entre los dos. Surge un arrebato de celos salvajes, irracionales. ¿Y si fue su amigo quien dejó embarazada a su esposa? 

¿Y si ambos planean hacerse con su corona? La sospecha atormenta a Leontes, que incluso ataca a Políxenes. Éste se protege y, con razón, pone pies en polvorosa. Entonces, el soberano paga los platos rotos con su mujer: la acusa públicamente de adulterio y la arresta por alta traición. 

La crueldad que sufre su madre hace que Mamilio enferme de la tristeza. En prisión, Hermiona da a luz a una niña y pide a la dama Paulina, esposa del noble Antígono, que la lleve ante Leontes. ¡Seguro que lo conmueve! Pero el rey, inmisericorde, la rechaza, convencido de que no es hija suya. De hecho, ordena a Antígono que la abandone lejos de su reino. 

El noble parte en barco y se enfrenta a una terrible tormenta. Entretanto, tiene lugar el juicio a la reina. Ella se reafirma en su inocencia, pero el enloquecido Leontes no la cree. Los interrumpe Mamilio, que no puede soportar más la tragedia y muere de angustia. Su madre se desmaya de la impresión. Se la llevan a otra sala, pero al rato vuelve Paulina y, entre desolada y furiosa, explica que ha muerto. Solo entonces Leontes empieza a ser consciente de las consecuencias de sus celos.

En la costa de Bohemia / Tras sobrevivir a una dura travesía, Antígono desembarca en una playa desierta y deposita a la pequeña princesa en la arena. Lleva el collar de esmeraldas que una vez regaló Leontes a su madre. Es aquí donde Shakespeare acotó la frase por la que se recuerda esta obra: “Sale, perseguido por un oso”. Se entiende que, fuera de escena, el animal devora al noble. Al amanecer, un viejo pastor encuentra a la recién nacida.

ACTO II
Campo. Bohemia / Han pasado 16 años. La niña abandonada, a la que adoptó el campesino y bautizó Perdita, es hoy una hermosa joven que baila en torno a un gran árbol junto a su enamorado, el humilde Florisel; desconoce que se trata del hijo de Políxenes, y por tanto de todo un príncipe.

El pueblo se reúne para celebrar la primavera. Entre la multitud se encuentra, disfrazado, Políxenes, al que uno de sus espías ha alertado de que su vástago se ha encaprichado de una plebeya. En la fiesta, a Perdita la coronan Reina de Mayo, y su padre adoptivo aprovecha la ocasión para entregarle el collar que llevaba cuando la recogió en la playa. Emocionado, Florisel pide la mano de la joven. Pero se entromete un enfadadísimo Políxenes, que se desenmascara y condena a muerte a la familia de Perdita. La pareja huye hacia Sicilia. La historia vuelve a su lugar de origen, de nuevo a la fuga de un rey tiránico.

ACTO III
Un acantilado en Sicilia / El rey Leontes vela frente a la tumba de su mujer y su hijo. No ha dejado de lamentar su muerte, que siempre se encarga de recordarle la atenta Paulina.  Incapaz de pasar página, en todos estos años no se ha permitido la alegría. A lo lejos, se aproxima el barco de Perdita y Florisel.

En el palacio real / Los jóvenes se presentan ante Leontes y le suplican que interceda a su favor. El rey, humanizado por el dolor sufrido, promete ayudarles: ¡si sus hijos viviesen, tendrían la misma edad! La situación se vuelve muy tensa con la llegada de Políxenes, que no atiende a razones. Pero entonces Paulina reconoce las esmeraldas en el cuello de Perdita: ¡es la princesa perdida de Sicilia! Leontes da gracias al cielo; su amigo lo perdona, y los dos padres aprueban la boda de Florisel y Perdita.

Pero la trama no concluye con la escena de masas de la celebración. Shakespeare se reserva un encuentro íntimo: Leontes, nunca feliz del todo por la ausencia de su esposa, reza arrepentido ante una estatua en honor a la reina. De pronto, la figura cobra vida: es Hermiona, que no había muerto; Paulina la ocultó todo este tiempo para protegerla. Los reyes se abrazan. De todos modos, siempre queda tristeza: Mamilio y, sobre todo, Antígono, siguen en la memoria de la sabia y solitaria Paulina.

SOBRE THE WINTER’S TALE
Christopher Wheeldon apenas conocía de Cuento de invierno más que la acotación del tercer acto, una de las más famosas del teatro universal: cuando el noble Antígono abandona en una playa a la princesa recién nacida, Shakespeare escribe: Exit, followed by a bear (“sale, seguido por un oso”). El poeta inglés, en su madurez –moriría 5 años más tarde, en 1616-, se permite una libertad creativa fascinante.

De hecho, si Cuento de invierno se ha considerado difícil de representar se debe no tanto a su gran número de protagonistas o a sus saltos espaciales y temporales como al personalísimo tono, mezcla de tragedia y comedia pastoril, realismo y fantasía, nobleza y picaresca, que caracterizó su época tardía (Cimbelino, La tempestad).

Para más inri, en el silencio del ballet se pierden sus inmortales reflexiones sobre el arte, la naturaleza, el perdón o el paso del tiempo. Pero nada intimida a Wheeldon, “la gran esperanza creativa del ballet moderno mundial” en palabras del especialista Roger Salas. El británico (Somerset, 1973), una institución en Covent Garden desde que ingresó en su escuela a los 11 años, ya se enfrentó con éxito a otro tótem de las letras británicas, Lewis Carroll (Alicia en…) y conoce bien a Shakespeare: debutó como coreógrafo en 2000 en el Ballet de Colorado con Sueño de una noche de verano, y se inspiró en Hamlet para Elsinore (2007), primer encargo de la historia del Bolshoi a un creador británico.

En esta ocasión, Wheeldon opta por despojar el argumento de personajes secundarios (entre ellos, el oráculo de Delfos y el carismático bardo Autólico) para concentrarse en Leontes y su proceso emocional, de los celos “venenosos, inexplicables”, que destruyen lo que más ama, hasta su redención. Le sorprendió encontrar en el texto elementos ideales para un ballet: la enajenación del rey se traduce en una danza expresionista, mientras que la pasión de los amantes en el segundo acto deja momentos de gran lirismo. Por supuesto, las abundantes escenas de masas, en especial la luminosa fiesta de los campesinos bohemios, dan lugar a números colectivos detallados al milímetro.

El universo romántico de Wheeldon se ha materializado en óperas y musicales, y siempre se resalta su influencia norteamericana (fue solista en el ballet de Nueva York). Sin embargo, como británico de pura cepa, en The Winter’s Tale aspira no solo a respetar la historia, sino a “infundirle la poesía del texto original”.

NOTAS A LA PRODUCCIÓN
Londres llevaba casi dos décadas sin asistir a una producción propia del Royal Ballet, y acogió con fervor Alicia en el País de las Maravillas en 2011. El mismo equipo se encargó el pasado abril, en el 450 aniversario del nacimiento de Shakespeare, de la primera adaptación del autor inglés desde el Romeo y Julieta (1965) de Kenneth MacMillan. Con las localidades agotadas, la crítica ha coincidido en los elogios a la frescura del planteamiento, al imparable ritmo narrativo y al cuidado de la producción.
El reparto, extraordinario, conjuga la suavidad de Lauren Cuthbertson, la nobleza de Sarah Lamb, la expresividad de Edward Watson… Sin olvidar a la española Zenaida Yanowsky, inolvidable como Paulina. Premio nacional de danza en 2012, la primera bailarina de la compañía londinense (nacida en Lyon en 1975 pero criada en Gran Canaria) posee una técnica depurada, una figura esbelta y unas puntas de acero. Musa de William Forsythe, ya encarnó para el propio Christopher Wheeldon a la memorable Reina de Corazones de Alicia.
Como en aquella producción, el escenógrafo Bob Crowley elabora unos decorados monumentales, apoyado por ocasionales proyecciones. Establece un paralelismo entre los dos reyes (y sus relaciones conflictivas con sus hijos) al tiempo que diferencia las dos cortes: el oscuro, frío y encorsetado palacio siciliano, donde los soldados visten uniformes de aire fascista, frente a la bucólica Bohemia, con sus celebraciones primaverales en torno a un árbol casi mitológico. Por cierto, al desdichado Antígono no lo mata un oso, sino una evocadora ola gigante.
El mismo juego de contrastes propone la partitura de Joby Talbot (Londres, 1971). De formación clásica, el heterogéneo compositor (también versado en electrónica, pop y rock) no esconde su admiración por Ravel (Dafnis y Cloe) o Prokofiev (Romeo y Julieta). Aunque su experiencia en el mundo de las bandas sonoras de cine (La muerte del cisne) le permite construir una sonoridad para cada mundo: el tormento de Leontes tiene su eco en los vientos metales y las maderas más graves (fagot, clarinete bajo), así como su ira en la percusión más rotunda (gong, bombo). La angustia de la reina se expresa en las flautas. En cambio, el folclore de gusto renacentista del segundo acto contagia vitalidad, y los encandilados Perdita y Florisel bailan un hermoso pas de deux. Por cierto, la joven comparte el leitmotiv de flauta de su madre, a la que nunca conoció: la música, como en Wagner, sabe más que los propios personajes.

Textos: Javier Heras

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